7 de mayo de 2011

EL LARGO CAMINO DE LA VENGANZA
Capítulo VI - El Protector

Engel avanzó a grandes zancadas atravesando la enfermería de la nave. Ignoró las protestas de Uldas y fue a encararse directamente a su paciente.

-¡Clayton!- agarró al soldado de la pechera -¿Por qué has desobedecido mis órdenes? Tenías que ceñirte al plan. ¡Ha sido una masacre! ¡Y encima se nos han vuelto a escapar!

A pesar de las quemaduras que le había causado Salkias Karionte, Clayton no se dejó intimidar en absoluto. Era un soldado curtido en el Frente de Estigma y no se iba a dejar amedrentar por un piloto trastornado. Sin demasiado esfuerzo -a pesar de su baja estatura era puro músculo- apartó la mano de Engel. Luego sacó uno de los puros que solía levar en la pechera y lo encendió ante las narices del Killroy.

-Tu plan era mierda de Bruto, Engel -Clayton esbozó una sonrisa sarcástica. -Si nos hubiéramos limitado a volarlos por los aires esto ya habría acabado.

-¡Teníamos que acabar con ellos, no con el resto de la sala!

Habían cercado a la tripulación de la Kabuto en un lujoso hotel de Tethys. Les habían tendido una trampa y estaban desarmados. La situación era perfecta, pero, al igual que en la órbita de Shaprut, sus enemigos habían vuelto a girar la tornas y escapar.

-Alguien nos ha traicionado, Engel. No podían saberlo. La Carroñera... fue un error meterla en el plan.

-No, no fue ella. Lo he comprobado. No cumplió con su parte de acabar con Pinto, pero desconocía el lugar de la trampa -Engel había recobrado la calma -Ya iremos a por ella cuando volvamos a verla, de momento no podemos dejar que el rastro se enfríe.

-Si no fue ella, tenemos un chivato entre los nuestros -Clayton soltó una vaharada de humo y miró a Uldas descaradamente.

-¿Yo? -Uldas empezó a sudar como un cerdo -¿Por qué iba a hacer tal cosa?

-Porque eres un rata cobarde. No aguantas la presión y es fácil apretarte las tuercas.

Engel le interrumpió:

-No es Uldas, no es nadie de la nave. Os tengo a todos vigilados, Clayton, tenlo presente.

Clayton era un auténtico soldado profesional, pero desde el principio él y Jonathon habían chocado por el liderazgo de la nave. El vorox parecía estar más a favor del soldado, pero Engel aún conservaba la lealtad del Cosaco y eso le garantizaba a su vez la de la tripulación Decados . Pero sabía que su control no era del todo firme, no podía confiarse.

Tras casi dos años de persecución, todos ellos seguían siendo desconocidos o directamente se odiaban. Engel se preguntaba si habría más camaradería entre sus enemigos ; desde luego, a él le despertaban más admiración que sus compañeros. En esta larga persecución los había investigado tanto que casi creía conocerlos. No había dejado de odiarlos, es más, ese sentimiento si acaso se había acrecentado, pero sí había llegado a respetarlos.

Clayton le sacó de sus pensamientos:

-Si no fue uno de nosotros, ¿quién reveló nuestra jugada?

-Creo que tienen alguien que les protege, un "ángel de la guardia" que vela por ellos. También me pareció que había algo raro cuando intentamos acabar con ellos en Shaprut.

-Entonces sabes lo que debemos hacer.

-Sí, primero les privaremos de ése aliado secreto...

-Y después acabaremos con ellos -dijo Clayton mientras aplastaba su puro hasta apagarlo por completo.

1 comentario:

  1. Jonathon Engel, agente Killroy, y el Dr. Uldas ya han sido eliminados. No pudieron cumplir plenamente su venganza, aunque los tripulantes de la Kabuto nunca olvidarán su estancia en la Némesis.

    Pero los miembros más peligrosos de la partida de venganza han escapado para atacar otro día. Hay mucha mala sangre entre ambos grupos como para que sigan caminos separados, esto sólo puede acabar en muerte.

    ResponderEliminar